¡Qué viva la fiesta!
Dicen en las coloridas calles por las que, en las noches de luna llena, caminas: “Para todo mal, mezcal; para todo bien, también”.
En la fiesta, a cantaritos, la mano levantamos mientras con la Flaca brindamos una tras otra, baile y baile, mezcal tras mezcal.
“¡Júrame!”, grite, mientras la copa levantaba viendo a la Muerte a su huesuda cara, “que mañana la pesca trabajar me dejará”. Y mientras con otra copita de Júrame a carcajadas se reía, me decía:
“Si resta has de tener, otro mezcal has de beber”.
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